Blogia
BLACK DRAGON

HISTORIA X. Cap 2

Perdón por el retraso, pero estaba en duda sobre un par de continuaciones posibles. Gracias lokita por tus apoyos y tus ideas me han encantado. La de Farruquito que se ha colado con un ciclomotor sin licencia ni casco y lo ha atropellado en el pasillo es buenísima y la de Bea también, bueno, estaban todas bien, pero esas dos geniales. Ahora la continuación:
Horas más tarde, Julio empezó a despertarse. La luz asomaba por la ventana… “¿cuánto tiempo llevo desmayado?”, pensó. Mucho sin lugar a duda porque ese sol, no era de primera hora de la mañana. Se incorporó con un fuerte de dolor de cabeza y se puso a pensar que había pasado, y dónde estaba. De repente se acordó lo que había pasado, y miró alrededor temoroso. No había nadie. Él estaba en el pasillo y el unico ruido que escuchaba, provenía de la calle. Se echó la mano a la cabeza pero la apartó rápidamente al sentir el dolor de la herida que tenía en la cabeza. El suelo tenía rastros de sangre, su sangre, pero ésta ya estaba seca. Se agachó, cogió el bastón, y se puso a mirar por toda la casa. No había nadie, pero estaba todo revuelto. “Putos chorizos” pensó. Y de repente se acordó de lo que él hacía allí. ¿Dónde esta Lydia?. Miró su telefono movil, y este seguía sin llamadas ni mensajes. Llamó otra vez a su novia, pero tampoco obtuvo respuesta alguna. Seguía igual que la noche anterior, pero ahora además tenía un gran dolor de cabeza. Y esta vez no era resaca pensó irónicamente. Él no sabía si faltaba algo en la casa, pero por lo menos sabía que ordenador, televisión, y otros aparatos domésticos de valor seguían en su sitio. Ahí, ya no tenía nada que hacer salvo avisar a la policía para que hiciesen sus investigaciones sobre el robo, aunque sin el testimonio de Lydia sobre lo que faltaba la llamada sería inútil. De todos modos cogió el móvil, y marcó el número de la policía mientras se disponía a regresar a su casa, pero en el momento en el cual la policía contestó la llamada, a Julio se le escapó el móvil de la mano, e impacto contra el suelo, dividiédose en multiples piezas y dando por terminada la llamada. Esta reacción se debió a lo que Julio vio pegado en la puerta: UNA FOTO DE NICKY EN PELOTAS, jajajajaja. (esto era una pequeña broma, ahora sigo con el relato de verdad)…. a lo que Julio vio pegado en la puerta: era una foto de Lydia amordazada y golpeada junto a una nota. Cogió la nota y leyó la nota: “Si quieres volverla a ver viva, traenos lo que buscamos antes de las 10 de la noche al parking del campo de futbol. Ve solo. Nada de policía. Si no lo traes, morirá. Si avisas a la policía, morirá. Si intentas jugarnosla, morirá. Esto va muy en serio. Tienes hasta las 10. Trae las fotos”. Ya no había más. Ni más abajo, ni detrás de la nota. Cogió la foto de Lydia y cayó al suelo completamente derrumbado. “¿Fotos? ¿Qué fotos? ¿De qué me hablan?”. Julio estaba confundido, no sabía que hacer. Todo se le venía abajo, cuando al tirar la foto de Lydia, vió que por la parte de atrás de la foto había escrito un número de teléfono. Cogió el móvil y volvio a montarlo con los nervios de un niño pequeño abriendo un regalo en navidad. Por fín lo monto, y lo encendió. La adrenalina le subió de golpe cuando el teléfono empezó a sonar nada más encenderlo. Miró a su alrededor pensando que estaba siendo observado y contesto tímidamente.
-¿Sí?
-Buenos días, le llamamos del departamento de policía y acabamos de recibir una llamada desde este terminal, ¿es correcto? – sonó una voz femenina al otro lado del teléfono.
-Sí, es correcto- respondió Julio tembloroso y recordando mentalmente la advertencia de que la mataría si avisaba a la policía.
-¿Cuál es la causa de su llamada?-continuó la voz.
-Nada, nada, me he equivocado. Ha sido un error- se apresuró a responder.
-¿Está seguro señor? ¿Está todo bien?-insistía la agente.
-Sí, sí, sí, perdón por las molestias. No volverá a ocurrir
-Eso espero señor, esto no es ningún servicio al que usted puede tomar el pelo. Tengas más cuidado la próxima vez, Julio.
-Sí, sí, agente… -respondía aliviado, cuando se dio cuenta de que le habían llamado por su nombre- Un momento, yo no lo he dicho que me llamo Julio señorita. ¿Cómo lo sabe?
-Ja, ja, ja, ja…-sonó una fuerte carcajada- Es usted muy observador. Tenemos su teléfono pinchado, y cualquier movimiento en falso que haga, puede ser decisivo en la vida de su novia. Tenga usted cuidado
-¿Son ustedes? ¿Ustedes la tienen secuestrada? ¿Está bien? –Julio empezó a sudar.
-Tranquilo Julio. Mire dentro de su bolsillo –ordenó la mujer
Julio metió la mano al bolsillo buscando algo que le fuese ajeno, pero no encontró nada, hasta que recordó que tenía otro bolsillo más abajo. Metió la mano, y sacó un busca.
-Escuché bien Julio. Cada vez que suene el busca, usted tendrá que llamar al teléfono que viene detrás de la foto. Si no responde al busca en 2 minutos ella morirá. ¿Ha entendido las condiciones?
-Sí, perfectamente. Pero yo no sé a que fotos se refieren. No sé para que sirvo yo
-De momento sirve para salvar a su novia, si le parece poca ayuda la matamos ahora mismo –la voz femenina subió el tono de voz.
-¡¡¡No, no, no!!! –gritó de pánico Julio.
-Bien, creo que va comprendiendo que esto es muy serio. Recuerde los sucesos de hace dos sabados. No diré nada más. Tendrá noticias nuestras. Adios. – Y colgó
-Espere un momento, no cuelgue. ¡Mierda!-Julio no entendía nada.
Se incorporó y se dirigió al baño. Encendió la luz del baño, y se vió el golpe que tenía en la cabeza por primera vez. La sangre estaba seca en su cabeza. Abrió el grifo y metió la cabeza bajo el chorro dispuesto a despejarse y ya de paso para aclarar las ideas. Mientras se limpiaba la herida, por su mente repasaba lo que pasó hace dos sabados. Lydia y él habían ido a la montaña como cualquier otro sábado. Habían pasado la noche en casa viendo una pelicula, y no había pasado nada más. “¿A qué se podían referir? Las fotos, quieren las fotos… ¿Qué fotos hicimos ese sábado?” Su mente trabajaba lo más deprisa que podía. “Yo no llevé la camara, pero ella sí… Su cámara, estarán en su camara” Se puso a buscar por toda la casa, pero no la encontró. “¿Dónde podía estar? ¡Piensa Julio, piensa!”. Trabajar bajo presión no era su fuerte, pero hay que reconocer que el aliciente de que su novia estaba en peligro, en esta ocasión era de gran ayuda… “El coche, estará en su coche”. Abrió la puerta y bajo a toda prisa las escaleras. Estuvo a punto de caerse dos veces, pero llego a la calle sin ningún rasguño más. Buscó el coche de Lydia por la calle, y tras ir calle arriba y calle abajo un par de veces lo vió en el fondo. La gente le miraba extrañada pero él no se percataba de que era el centro de todas las miradas. No pensaba que estaba corriendo como un loco, sin rumbo fijo, y sin mucho equilibrio. Cuándo por fín llegó a su meta, abrió la puerta con el mando a distancia que había cogido de forma refleja cuando salió de la casa. Miró en el maletero y allí tampoco estaba, pero cuando estaba a punto de rendirse, vió el objetivo de la camara en el asiento trasero del coche. Su rostro volvió a sonreir, aunque fue brevemente porque al coger la camara vió que no había carrete alguno. “Mierda, si aquí no está, y ellos tampoco lo han encontrado… sólo puede estar revelándose. Mierda, ahora a buscar el resguardo”. Su desesperación iba a más, porque buscar el resguardo era imposible. La casa estaba completamente revuelta y ellos ya lo habrían encontrado. “Y ahora…¿qué?” (siento no seguir con la historia pero es tarde y tengo sueño, la terminaré en breve, prometido)

0 comentarios